¿Cuánto sabes de tu piel y su cuidado? La piel es un órgano como el estómago, los pulmones o el oído y, por otro lado, es el órgano más grande de todo nuestro organismo. Sin embargo, generalmente le prestamos muy poca atención.
Nos cuidamos de no fumar, de mantener una dieta sana y hacer ejercicio de forma constante, pero ¿qué hacemos por nuestra piel? Nos enfrentamos a un gran enemigo silencioso que la ataca diariamente sin percatamos de ello, y por este motivo no la estamos protegiendo adecuadamente. El enemigo silencioso del que hablamos es el clima
El cambio climático del que tanto hemos oído hablar en los últimos años tiene consecuencias nefastas para nuestra piel, y no solamente en cuanto a su belleza y buen estado, sino también en lo referente a la salud.
¿Cómo cuidar nuestra piel?
La higiene y la hidratación son dos objetivos fundamentales en el cuidado de la piel. Sin embargo, para alcanzarlos de manera saludable y eficaz es necesario ser cuidadosos en la elección de los productos que vamos a usar para tal fin.
En general, la mejor recomendación es la de utilizar geles de baño y jabones naturales, ya que de esta forma evitaremos el efecto negativo que muchas sustancias químicas pueden causar a nuestra piel. En cuanto a la salud, no vale cualquier producto y será siempre mejor recurrir a la sabiduría de la naturaleza.
Los productos naturales para el cuidado de la piel aseguran su nutrición sin llegar a resecarla, aportando vitaminas, minerales y antioxidantes y consiguiendo una menor incidencia de alergias. En general, se adaptan mejor a todo tipo de piel ofreciendo muchas ventajas a la hora de cuidar ese órgano vital, y aquí es donde los geles de baño y jabones juegan un papel importante.
En el mercado se pueden encontrar productos altamente beneficiosos a base de papaya, aloe, algas, aceite de coco o almendras y miel, todos ellos altamente nutritivos para proteger nuestra piel de la acción del clima.
¿Cómo afecta a la piel el cambio climático?
En un estudio celebrado en Buenos Aires en el 2011, presentado en el último Congreso Mundial de Dermatología, ya se hablaba del incremento de afecciones alérgicas, dermatitis, manchas cutáneas e incluso de cáncer de piel en las últimas décadas, que serían consecuencia directa del hecho de que la capa de ozono, que nos ha protegido hasta la fecha, ha reducido considerablemente su tamaño.
Es inusual, por ejemplo, el cálido mes de febrero que hemos vivido en Europa, y que es un símbolo del calentamiento global. Dicho calentamiento se traduce en una mayor exposición al sol y nuestra piel reacciona a ello, más aún si no utilizamos productos adecuados para su cuidado.
En 2016, el profesor en dermatología Rosenbach, de Pensilvania, señaló que un aumento de 2 grados en la temperatura puede elevar la concurrencia de melanoma (cáncer de piel) en un 10%. Asimismo, el Dr. Julián Conejo Mir, jefe del departamento de dermatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, asegura que, debido al cambio climático, se prevé un aumento preocupante de dermatitis atópica.
Con los cambios de clima mi piel tiende a resecarse mucho por lo que debo ser aún más selectiva con los productos para el cuidado de la piel ya que algunos químicos me generan alergias.
Muy informativo y gracias por los consejos.