¿Has oído hablar de la decoración minimalista? Ciertamente, en los últimos años se está poniendo muy de moda este estilo para el hogar. Un tipo de decoración en donde predominan los tonos claros y la sencillez bajo tres premisas básicas: elegancia, sobriedad y luminosidad.
¿Quieres conocer algunas ideas de decoración minimalista para tu casa?
Muebles y colores para la decoración minimalista
Es probable que la decoración minimalista tenga tantos seguidores últimamente por el hecho de ofrecer unos interiores decorados con pocos muebles y sin elementos recargados. Dado el ritmo de vida que solemos llevar en la actualidad, nuestro hogar debe convertirse en ese oasis de paz y tranquilidad que todos deseamos.
Precisamente, el estilo minimalista se caracteriza por mostrar pocos muebles, pocos colores y escasos elementos decorativos. No hay situaciones recargadas, sino que todo es sencillo y simple, abundando las líneas rectas. Para ello, nada mejor que dotar a las habitaciones de casa con tonos neutros, muebles sencillos y espacios semi vacíos.
El contraste entre el blanco y el negro es uno de los principios de la decoración minimalista. Paredes, muebles y cortinas blancas se complementan a la perfección con un sofá negro o incluso marrón clarito. Ese contraste dotará a la estancia de un carácter sobrio, elegante y luminoso. Curiosamente, los tres principios básicos del minimalismo.
Por otro lado, los muebles de toda decoración minimalista han de ser sencillos y de líneas rectas. Muebles que estén fabricados con materiales nobles (cemento, cristal, piedra, madera, etc.) nada recargados, de baja altura y anchos. En ningún momento puede aparecer un mueble demasiado ornamental o excesivamente decorativo.
Accesorios y adornos: todo en orden
Esta misma idea de sobriedad hay que llevarla al resto de la estancia. Tanto los cojines como las cortinas o las alfombras han de ser lisas y de tonalidades neutras que vayan a juego con el resto de la decoración minimalista. En este sentido, hay que desterrar completamente los estampados, que no tienen sitio en este estilo.
Al ser habitaciones sobrias, los adornos de la misma deben ser sencillos y no exagerados. Si se introduce el color, ha de ser uno que se ajuste perfectamente al tipo de decoración introducido. Un toque de rojo o azul nunca viene mal, aunque siempre sin llamar mucho la atención para que el conjunto no chirríe.
Por último, en la decoración minimalista la sobriedad y la elegancia deben llevar aparejado un orden. No hay nada que pueda estar colocado al azar, sino que tiene su lugar específico. Una habitación desordenada no es lo más cercano al minimalismo. El desorden provoca desequilibrio en las formas y los colores.
En definitiva, la decoración minimalista juega con la sencillez, los espacios vacíos, los colores claros y netros y los muebles fabricados con materiales nobles. Un estilo que inspira aires de relajación y en donde la sobriedad no tiene que estar para nada reñida con la belleza.