Todo el mundo lo decía: éste es nuestro año. Por fin canción en inglés, ritmo cañero y cantante con mucha personalidad.
Teníamos todas las papeletas no para ganar, por supuesto, pero sí para quedar al menos entre los diez o quince primeros.
Pero no, este año tampoco ha podido ser. Barei, con su tema Say Yai! ha conseguido el puesto 22 para España en Eurovisión 2016, lo que supone empeorar la marca conseguida por Edurne en 2015 con su tema Amanecer (puesto 21).
No son buenos tiempos para España en Eurovisión (ni para el Big Five en general). Desde los años de Pastora Soler y Ruth Lorenzo no hemos vuelto a alcanzar un resultado decente (ambas quedaron en décima posición).
¿Qué le ha pasado a la candidatura española para cosechar tan mal resultado?
La mayoría de expertos y entendidos en Eurovisión lo achacan a la puesta en escena. Hay que reconocer que la puesta de Barei ha sido una de las más flojas y pobres de las 26 actuaciones.
Eurovisión ya no es sólo un festival musical, ahora se ha convertido en todo un espectáculo internacional y el problema es que España no sabe adaptarse a lo que es hoy Eurovisión.
Ahora priman los efectos visuales impresionantes, las pantallas gigantes y la espectacularidad, elementos de los que carecía la actuación de España.
El top 3 de Eurovisión 2016
Ucrania ha sido la gran ganadora con el tema 1944, interpretado por Jamala, con 534 puntos. La canción, con tintes políticos y, por lo tanto, polémicos, habla del genocidio cometido por Rusia a los tártaros en la provincia de Crimea durante ese año, aunque la intérprete haya insistido en afirmar que sólo narra la historia de su abuela (recordemos que Rusia y Ucrania están en conflicto por la titularidad de Crimea).